EN EL MUSEO DE ARTE COSTARRICENSE

 

EN EL MUSEO DE ARTE COSTARRICENSE

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

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Vamos al Museo de Arte Costarricense inaugurado en 1878 y ubicado donde funcionaba el Aeropuerto Internacional La Sabana. El cuadro arquitectónico de la edificación remite a un estilo característico de los años cuarenta del siglo XX propio de las terminales aéreas, denominado neocolonial con arcos, muros blancos, rejas forjadas, tejas y maderas talladas. En el centro una pequeña torre de control . Esa torre es hermosa con sus cuatro columnas cilíndricas y sus ventanales , cuya cúspide semeja un balcón con muchas puertas.

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En estos espacios pastó el ganado en el siglo XVIII. El potrero se transformó en campo de entrenamiento del ejército costarricense y luego en hipódromo. Todo remite a la historia lejana y reciente en el Salón Dorado con un mural que refleja los tiempos precolombinos, la Conquista, la Colonia y la Independencia del país. En los recuadro del mural hay indios, animales de caza y pesca, plantas como orquídeas, maíz y tabaco. Cristóbal Colón y sus carabelas, los religiosos franciscanos y la difusión del Evangelio. Mapas con trazos antiguos, volcanes , retratos de hombres prominentes de la nación, ferrocarriles. Una pintura está dedicada a Clodomiro Picado (1877-1944), científico costarricense, precursor del descubrimiento de la penicilina.

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En la entrada hay una escultura de una mujer sentada mirando hacia el infinito. Es la esperanza, obra de Fernando Calvo.  La anciana está sentada a la espera de algo, algo que puede llegar, pero que también puede ser que jamás llegué. El rostro preocupado de la mujer puede ser interpretado como desesperanza.  ¿Cómo no recordar a Nietzsche :“¿La esperanza es el peor de los males , porque prolonga los suplicios de los hombres”?

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En una vitrina me llama la atención un recorte de periódico con un artículo : La tragedia venezolana. Lo firma Carlos Pereyra. Es una publicación colombiana, y la fecha (1924) remite al gomecismo.

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Hay una escultura de un cura con la sotana extendida a lo largo de sus manos. A cada lado del hombre de Dios se encuentran sendos caballeros. La sotana cubre lo que está detrás de ella: los caballeros acarician los glúteos del cura. Una crítica a las distorsiones de la iglesia en materia sexual.

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En las afueras está un conjunto escultural en homenaje al agricultor: un hombre, una mujer y un niño labran la tierra. Es del artista Francisco Paco Zúñiga. Fue vandalizada (a la mujer le falta una mano) cuando se encontraba en el aeropuerto Juan Santamaría y reubicada para protegerla. Cerca está un monumento dedicado a León Cortés Castro (1882-1946) , quien fuera presidente entre 1936 y 1940. Algunos lo llaman Benemérito de la Patria, otros dicen que fue de ideología fascista , y por eso quisieran derribarlo. Son tiempos difíciles para las estatuas.