Este eclipse parcial de luna es el más largo del
siglo. También es el más largo en los últimos 600 años. Por eso me desperté a
las tres de la madrugada. No quería perderme esa oportunidad convencido de que
dentro 600 años más no estaré entre los vivos, si de proyecciones matemáticas hablamos.
Desde el balcón no se veía la luna. Bajé hasta la calle y tampoco la vi. No caminé
más porque en el apuro salí descalzo. Me regresé, me puse los zapatos y fui
hasta la carretera. Allí estaba la luna ya en la fase de salida de la
oscuridad. Nubarrones negros dificultaban una buena visibilidad. Hice una toma
con la luna detrás del árbol del jardín de la casa que me recordó esas películas
de terror.
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